Desgarrando Superficies

Lo que habita en el fondo

(…) Por debajo, todo está oscuro, todo se extiende, todo es insondablemente profundo; pero de cuando en cuando salimos a la superficie y por eso se nos conoce.
Virginia Woolf, Al faro

¿De dónde parte la naturaleza humana y en especial, la femenina? Ha sido una pregunta universal que ha devenido provocación de un acto liberador y de sinceridad creativa para tres artistas mujeres: Lianet Martínez Pino, Gabriela Reyna y Yaily Martínez Molina. A manera de ritual curatorial y artístico, a partir de la visión individual de las artistas involucradas y las particularidades de sus poéticas, se desea invocar lo más primario de la composición de una identidad femenina descontaminada de los prototipos vacuos, para que aflore el diálogo crítico sobre algunas concepciones socioculturales y prácticas sociales alienantes que ocultan la conexión con la naturaleza, y silencian los procesos naturales por los que atraviesa la humanidad.
Es bien sabido que la cultura de masas se enfoca en la construcción de un canon de belleza femenino que, por lo general, se hace acompañar de adornos florales y de paisajes paradisíacos en el trasfondo de imágenes usadas con frecuencia por la publicidad turística. Históricamente, y si nos acogemos a una de las perspectivas ecofeministas, la mujer, junto a la flora y fauna, han sido víctimas de un legado de dominación, domesticación y de extrema racionalización por parte del hombre y del pensamiento occidental. Ha llegado a ser tan asfixiante la atención transformadora a la superficie, dígase la piel, tierra, mar que no se ha podido (re)conocer y mucho menos entender las complejidades sensibles que hay bajo la epidermis, entre las placas tectónicas o en el fondo marino.
Cuando las artistas buscan, desde una arqueología introspectiva, la génesis de su naturaleza como mujeres y seres humanos, recurren o llegan al principio elemental de la vida. Ineludiblemente la naturaleza femenina parte también de una conexión enigmática con el entorno natural o está influenciada por el comportamiento de ciertos y determinados elementos de la naturaleza. Cada una de las artistas sublima mediante el acto creativo esos pensamientos indescriptibles para el lenguaje verbal o aquellos impulsos que florecen de la nada y nos llevan al ensordecedor frenesí. Por ello, algunas de sus creaciones las circunda una fiereza que descarna las ficciones instintivas y las convierte en realidades de este mundo, otras, forman la piel de lo más hondo del ser para hacerlo perceptible a nuestros sentidos, y todas en sí, excavan en el comportamiento humano buscando lo que nos conecta con la naturaleza, que a su vez nos diferencia de las mentes autómatas y de las figuras sobre-estetizadas.

Curaduría y palabras: Laritza Suárez del Villar

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