La fascinación por figuraciones atrapadas en la búsqueda de nuevos mundos, define la mirada de Yohy Suárez. Narraciones de un viajero que -en conformidad con su propia necesidad sentir nuevas experiencias- materializa una multiplicidad de traslados entre lo temporal y lo espiritual, vivenciando una de sus principales motivaciones conceptuales a través de la dimensión simbólica del relato arquitectónico.

Ciudades fragmentadas, nostalgia por lugares distantes [reales o imaginados], aparecen junto al deseo por viajar lejos, cuanto más lejos mejor. Personajes y sucesos que el artista reinterpreta con una rareza no domesticada, como modo de uso de la locura del mundo, en el colmo de la naturalidad.

Hay espectadores con pupilas inertes, historias contadas con bandas sonoras de una cotidianidad inquietante. Y están por todas las ciudades del mundo, en las calles, en los edificios, volando de una habitación a otra. Y entonces bailan, dan vueltas, hacen el amor y se desgarran.